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LA CONTRACTURA LABORAL
(trabajo de fin de curso)

 

INTRODUCCIÓN
LA CONTRACTURA MUSCULAR
PRESENTACIÓN DEL CASO
TRATAMIENTO
REPERCUSIÓN POSTERIOR
REFLEXIÓN

Esquemas:












 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Desde que supe que había que hacer un trabajo para final de curso, empecé a preguntar a conocidos y amigos si alguna vez habian sufrido algún tipo de lesión y cual había sido su causa. Para mi sorpresa, absolutamente todos habían tenido o tenían alguna anomalía, y aunque las causas eran varias, a parte de algunos accidentes y fracturas, un elevado porcentaje de lesiones estaban producidas por el tipo de trabajo que realizaban, que en casi todos los casos se trata de trabajos estáticos, rutinarios y mecánicos que realizan cada día durante un mínimo de ocho horas. En realidad estas lesiones, son contracturas "a largo plazo" en las que el que las sufre, no repara en ellas hasta que la tensión muscular o nerviosa es tal, que produce horribles dolores, pinchazos, calambres, o falta de riego sanguíneo en algunas zonas (manos o pies normalmente), etc... Esto ocurre cuando llevan algunos meses haciendo ese tipo de trabajo. Si la persona que sufre esta o estas contracturas aguanta estos dolores sin hacer nada, cosa bastante habitual, ese dolor acaba desapareciendo, dando lugar entonces a una lesión crónica, o punto débil, que aparecerá y desaparecerá en crisis más o menos largas, dependiendo de factores que van desde los cambios de estación a situaciones de gran sobrecarga nerviosa, pero siempre con regularidad y con dolores más o menos intensos cada vez.

En los casos en que la contractura aún no ha llegado a lesión, la función del quiromasajista, es fundamental ya que llega a deshacer totalmente la tensión. En realidad, la mejor terapia, sería trabajar menos horas, pero ya que eso es imposible, con un buen masaje semanal ó quincenal, evitamos con garantías lesiones de este tipo.
En el caso de la lesión (recordemos que hablo siempre de lesión producida a fuerza de repetir una postura o movimiento desequilibrado, durante mucho tiempo y muchos días), nos encontramos muchas veces que el músculo y sus alrededores están totalmente hechos a esos movimientos, por lo que volverlos a su estado de relajación natural necesita en muchos casos de toda una terapia, más seguida y durante más tiempo, ya que algunas veces, la gran tensión de los músculos llega a someter algunos huesos, sobretodo los de la columna vertebral.

De hecho, digo ésto basándome en un caso de una señora de 55 años de edad, que lleva casi cuarenta años trabajando en una pollería. Esta mujer, que siendo menuda y joven, tuvo que desarrollar gran fuerza en el brazo derecho (desequilibrando para ello su cuerpo), de manera que para conseguirlo, cortaba los pollos dando cada golpe no con el brazo, sino que hacía la fuerza también con el hombro, lo cual producía un desequilibrio en la musculatura de la parte derecha de la espalda. Todo este proceso repetido durante casi cuarenta años, ha producido una pequeña desviación en las cervicales, pero suficiente para que se le duerma la mano derecha frecuentemente, o sienta calambres por todo el brazo, además de una exagerada contractura en la escápula derecha, que la obliga a ir ligeramente encorvada del lado derecho, dando paso a una pequeña "joroba" sobre el omóplato derecho. En éste caso, el quimosajista alivia ostensiblemente los dolores, no permite que la lesión vaya a más y a la larga y con ayuda de una buena alimentación y de unos ejercicios, tal vez puede llegar a remitir totalmente.

De todas formas, va a centrarse este trabajo en otro caso, no de lesión sino de fuerte contractura en la que, de no haberse cogido a tiempo, hubiera tenido también repercusiones serias en varios puntos del cuerpo.
Voy a plantear el trabajo desde el supuesto que soy yo quien trato al paciente y me encuentro en un centro debidamente equipado.

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1. LA CONTRACTURA MUSCULAR

En este capítulo me propongo hacer un repaso de la anatomía del caso que veremos posteriormente. Hablaré básicamente de la contractura; porqué se origina, algunas consecuencias y qué elementos intervienen. Debido a la complejidad del tema, ya que una contractura afecta músculos, tendones, nervios, huesos e incluso vísceras, intentaré describir lo más concretamente, sin profundizar en exceso, los factores más significativos.

El tono muscular, es el estado de semicontracción involuntaria de los músculos de un individuo, por lo que es distinto en cada persona.

Después de unas horas de descanso, la musculatura del cuerpo, está más relajada, pierde el tono, y conforme van pasando horas de actividad se va tensando; el tono muscular aumenta. Lo normal sería que todo lo que se tensa el músculo durante las horas de actividad, se relaje durante las horas de descanso. Pero la realidad, es que la musculatura se tensa más de lo normal, de manera que no da tiempo a relajarse durante el descanso, lo que ocasiona que mucha gente se levante de la cama con el tono muscular ya tenso, de forma que cuando durante el dia se va tensando, sobrepasa los límites de tensión normales para el músculo. Es entonces cuando aparece la contractura, que es el aumento constante del tono muscular. Esto se manifiesta en forma de endurecimiento paulatino del músculo y dolores en la zona contracturada e incluso dolores reflejos en otras zonas del cuerpo.


Frecuentemente, un cambio de temperatura brusco o un movimiento fuerte y repentino, sobre una zona contracturada, hace que la tensión del músculo, llegue al límite ocasionando entonces un calambre o rampa, que produce una contracción total del músculo al tiempo que un dolor muy agudo. Un músculo con calambre hay que estirarlo para contrarrestar la contracción.

La contractura muscular, raras veces aparece solo en un músculo. Normalmente, el exceso de tensión, repercute en todo el grupo de músculos que intervienen en un movimiento.

Cuanto más tiempo pasa sin que la persona haga nada para aflojar la musculatura contracturada, más músculos se ven involucrados en la lesión, ya que el mismo organismo, intentando contrarrestar el bloqueo muscular, buscando el equilibrio, tensa otras secciones musculares, con el fin de relajar la zona contracturada. Como vemos en la FIG. l. (Espalda) y FIG. 2. (Escápula y brazo), todos los músculos que intervienen en un movimiento, como puede ser coger alguna cosa, están "encadenados" unos con otros, de manera que una contractura que se manifieste con el endurecimiento de un trapecio, nos indica que lo más probable es que ya haya contractura tanto en el plano medio muscular (por debajo del trapecio); en los romboides (mayor ó menor), redondos, esplenio, etc..., como en el plano muscular profundo (serrato menor, superior o inferior, intercostales, etc...). Del mismo modo, además de encadenarse en profundidad, tambien lo hacen en distancia, es decir, el agarrotamiento de un grupo de músculos cervicales o dorsales, puede derivar en tensiones de hombro, ó de brazo, ó de antebrazo...

A todo esto, debemos añadir que todos los músculos están inervados por la raíz anterior o motora de los nervios raquídeos (por los que discurren los impulsos del área motora principalmente) o bien atravesados por éstos, que van a parar a musculos más lejanos. Esto nos indica que una contractura de los músculos, oprime y aprisiona tanto las terminaciones nerviosas como los nervios que discurren por su interior, por lo que ademas se añaden dolores o sensaciones reflejas en zonas que están a cierta distancia del punto contracturado (con una contractura en las cervicales se puede tener la sensacion de hormigueo o adormecimiento de algunos dedos de la mano, o parte del antebrazo, como vemos en la FIG. 5.).

También encontramos éste proceso en contracturas de la zona lumbo-sacra que repercuten en las piernas, ya que los músculos están igualmente encadenados unos con otros como vemos en la FIG. 3., además de estar atravesados por el nervio ciático, que comunica la zona lumbar con los pies y cuando está presionado por la tension muscular, puede producir desde fuertes dolores lumbares a dolores por detras de las piernas (FIG. 5.). Las contracturas en las extremidades inferiores, pueden complicarse, ya que ademas se comprimen los circuitos sanguíneos (arteriales y venosos). Esto, obviamente, ocurre en todas las contracturas, pero en las piernas hay la dificultad añadida del efecto de la gravedad, que padece sobre todo el circuito venoso (retorno de la sangre ya utilizada hacia el corazon y pulmones para oxigenarla), cuyo camino es vertical y ascendente. Nuestro magnífico cuerpo, que está hecho para vivir perfectamente en condiciones naturales en este planeta, dispone de dos circuitos venosos en cada extremidad inferior: uno superficial, y otro profundo, que discurre por el interior de la musculatura, para que cuando esta se mueva (tense y destense) ayude a bombear la sangre hacia arriba. Pero si esta musculatura esta contracturada, oprime todo el circuito profundo y entorpece la función del mismo. Las consecuencias pueden ser desde dolores y hormigueos, hasta desequilibrios de riego sanquíneo (acumulación de sangre en algunas zonas) dando lugar a varices, causadas por un mal funcionamiento de las válvulas venosas, que están en el interior de las venas y ayudan a bombear la sangre en sentido ascendente, al tiempo que cerrándose, no permiten que ésta retroceda (hacia abajo). De todas formas, una contractura en las piernas, puede ocasionar trastornos circulatorios, pero no es muy frecuente que origine varices.
En la FIG. 4. vemos las zonas de distribución de sensaciones (área sensitiva del cerebro) y reacciones (área motora) según el nervio raquídeo por el que transcurra la información. Viendo esto, comprendemos que en muchas ocasiones, grandes contracturas en la zona dorsal, ocasionan dolores o pinchazos en la zona del esternón, o en las costillas. Incluso se han detectado problemas digestivos, causados por contracturas en la espalda, que presionan los nervios raquídeos que salen de la columna vertebral y circulan hacia el esternón por el interior de cada costilla (nervios intercostales) junto con una vena y una arteria intercostales. Todos estos reflejos dolorosos, cuando los tratemos con masaje, no lo haremos directamente sobre ellos, sino que trabajaremos sobre la zona contracturada de la espalda, la dorsal en este caso.
También observamos como una tensión en la zona lumbar o sacra puede repercutir en las piernas y en los pies. Hay casos, que además de posibles reflejos de dolor, una contractura ocasiona frecuentemente que un miembro se "acorte" debido a que la contractura, está más acentudada en un lado que en el otro. En los casos que comprobemos que hay una extremidad más corta que otra, y esto está producido por una contractura, deberemos realizar estiramientos de desbloqueo. Por lo tanto, nos podemos encontrar que en una contractura de la región lumbo-sacra haya una pierna más larga que otra o en las extremidades superiores, en las cuales el resultado es que hay un brazo ligeramente más largo que otro, o en las cervicales, produciendo un acortamiento del cuello, etc...

Siempre que encontremos problemas de este tipo, en que la contractura está más acentuada en un lado que en el otro, debemos hacer la maniobra de desbloqueo sobre la parte más relajada, en la que no hay dolor. En el caso de las extremidades, haríamos los desbloqueos en la extremidad más larga, ya que la corta lo es porque la contractura hace que los músculos tiren de la extremidad hacia la zona bloqueada, lo que produce un ligero acortamiento de la extremidad (no superior a un centímetro normalmente).

Debemos tener en cuenta además, que los músculos se insertan en los huesos por medio de los tendones, que son fuertes cuerdas formadas por tejido conjuntivo denso y fibras musculares. Se insertan en el periostio. Por otro lado, hay otras sujecciones, que unen las piezas que forman una articulación, manteniendo la posición de los huesos y cartílagos que la forman, que son los ligamentos. Éstos consisten en una banda robusta de tejido conjuntivo.

En el caso que nos ocupa, nos referiremos en la mayoria de ocasiones a los llamados músculos esqueléticos, que son aquellos que propulsan las palancas del esqueleto (el conjunto de huesos, músculos y articulaciones, forman auténticas palancas). Sin embargo, no todos los músculos son esqueléticos, ya que una gran parte del tejido muscular, está formando las vísceras de todo el cuerpo.

Los movimientos de contracción de los músculos insertados en los huesos, pueden actuar en varias direcciones, según su posición en la articulación correspondiente. Existen músculos aislados o grupos de ellos, que realizan cada tipo de movimiento. Normalmente, a un músculo que tiene efecto opuesto al otro, respecto a cierta palanca, se le denomina músculo antagonista y la mayoría de articulaciones, funcionan por medio de grupos de músculos antagonistas.

Debido a su gran dureza y resistencia, los tendones obedecen siempre al músculo que se contrae y por lo tanto tiran del hueso sometiéndolo a malas posiciones, como acortar una extremidad, o en el caso de la colmuna vertebral a acentuar sus curvas fisiológicas, desequilibrándolas (FIG. 6.). Una contractura en la musculatura dorsal, además de los dolores reflejos y en la misma zona por comprimir los nervios, actúa en muchas ocasiones sobre la columna vertebral aumentando la curva natural hacia atrás; hablaremos entonces de cifosis. Si por el contrario la contractura es en la zona lumbo-sacra se acentúa la curva inferior de la columna, que es hacia delante, a esta desviación se la llama lordosis. Hay ocasiones en que la contractura es mayor en un lado que en el otro de la espalda, por lo que el músculo tira de la columna vertebral, más de un lado que de otro, produciendo una desviación lateral de la columna. Esta lesión, se conoce con el nombre de escoliosis.

Sin embargo, hay que decir, que no todas las desviaciones de columna vertebral son producto de contracturas, sino que en muchas ocasiones es justo al contrario: una desviación producida por malformación, o accidente, ocasiona una gran contractura en la musculatura cercana, debido a la gran fuerza y resistencia de los ligamentos y tendones, que arrastran al músculo hacia el hueso.

Dentro de las escoliosis, cabe distinguir entre escoliosis leve, moderada y grave. La escoliosis leve, es una escoliosis falsa ya que no hay rotación de las vértebras y sólo aparece la curva primaria, en la que con quiromasaje u otros tratamientos (natación, yoga, gimnasia especial, etc...) se restablece totalmente.

La escoliosis moderada presenta rotación de vértebras y en algunos casos, puede curarse, aunque es necesario para ello un tratamiento más complejo. Está la curva primaria y puede aparecer la curva de compensación. En la escoliosis grave aparece siempre la curva primaria y la de compensocion. En muchos de estos casos, hay que intervenir quirúrgicamente ya que la deformación y la rotacion de las vertebras van evolucionando peligrosamente para la salud del paciente. La escoliosis grave, no se cura con quiromasaje, pero sí se alivia la contractura y, por lo tanto, los dolores, al tiempo que ayuda a retardar el empeoramiento de la lesión.

A la escoliosis moderada y grave las llamaremos escoliosis verdaderas, ya que en ambas existe rotación de las vértebras.

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2. PRESENTACION DEL CASO

La paciente es una mujer de 35 años de edad, que trabaja en una oficina, delante de un ordenador, introduciendo datos durante ocho horas al día (algunos días más).

Llega a la consulta quejándose de que no puede girar la cabeza sin sentir fuertes dolores que, desde el cuello, bajan por el centro de la espalda. Para aliviar estos dolores, ha ido encorvando la espalda, acentuando la cifosis y echando los hombros hacia delante, de manera que cuando se pone recta reaparecen todos los dolores al tiempo que siente un fuerte pinchazo en la zona dorsal. A todo esto, hay que añadir lo que la propia paciente llama "un dolor distinto", no muy fuerte, pero persistente en la paletilla derecha, que conforme se le va cargando siente un ligero dolor y a veces hormigueo a lo largo del brazo hasta la muñeca. Me comenta también que últimamente ha notado en tres o cuatro ocasiones, unos pinchazos súbitos en la zona del esternón, por lo que preocupada fue a visitar al medico, pensando que fuera alguna anomalía en el corazón ó pulmones. El médico, le dijo que la encontraba perfectamente sana y que esos pinchazos esporádicos y de corta duración, estaban causados por los nervios.

Como primera medida, creo oportuno charlar con la paciente para averiguar las causas de cada uno de los dolores que siente, ya que todos empezaron siendo leves y han ido a más, todo ello a los pocos meses de empezar a trabajar con el ordenador. Le pido que me explique cuales son los movimientos que repite rutinariamente: por cuestiones de espacio en la oficina tiene que tener, por fuerza, el teclado del ordenador delante, la pantalla ligeramente a la izquierda y arriba, y los datos que va copiando a la derecha en una mesita más baja. Los datos que copia, están en una pila de folios, de los que copia apenas una línea de cada folio, de manera que tiene que ir pasando hojas del montón de los datos, muy frecuentemente.

A simple vista, me fijo que sus esternocleidomastoideos estan exageradamente contracturados casi parecen dos tubos que circulan paralelos al cuello y aunque esta persona es de complexión delgada, se le marcan demasiado. Entre los dos, llegamos a la conclusión, que para evitar ir moviendo todo el rato la cabeza (abajo para mirar el teclado, hacia arriba y un poco a la izquierda para mirar la pantalla, o hacia la derecha y abajo para mirar los datos) realiza menos movimientos con el cuello y los hace jugando con el movimiento de los ojos, de manera que debido al mínimo movimiento del cuello, sumado a la tensión de los ojos y del propio trabajo, se crea un doble efecto de agarrotamiento en las cervicales, con el riesgo (y de hecho ha ocurrido) de que al girar bruscamente la cabeza, se produce el calambre o rampa en los músculos del cuello. Por otro lado, el hecho de ir pasando de hoja tan frecuentemente, ha creado una gran contractura por debajo del vertice de la escápula, de forma que muchas veces, cuando va acabando la jornada laboral, cada vez que estira el brazo derecho para pasar de hoja, le duele todo el brazo, aunque para ello, seguro que también influye la tensión que hay acumulada en las cervicales.

Ya en la camilla y durante la exploración de la espalda, siente dolores en las vértebras cervicales y dorsales, asi como a lo largo de los musculos paravertebrales. Seguidamente, para detectar el dolor de la escúpula, realizo la prueba de la lesión de hombro (los cuatro movimientos activos que realiza el paciente) y por si acaso, ya que hay dolor en el antebrazo, la prueba de la epicondilitis. Ambas dan negativas, lo que corrobora mis sospechas de que el brazo, duele como reflejo de las vértebras cervicales comprimidas, y la gran tensión dorsal, debido al poco movimiento del cuello y de la constante tensión que se junta en el omóplato.

Cuando veo la gran contractura de los músculos paravertebrales y la instantánea reacción de dolor de la paciente cuando presiono sobre ellos, deduzco que esos pinchazos que siente en la zona del tórax, son reflejos de la contracción dorsal, que presiona alguno o varios nervios intercostales (son los nervios que conectan la columna vertebral con el esternón e inervan toda la pared torácica).

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3. TRATAMIENTO

Ya que la paciente tiene una contractura tan importante y con dolores tan insistentes con repercusión en la mano (hormigueos y adormecimiento de antebrazo y mano) y últimamente, le sigue doliendo durante la noche, llegando a sufrir en alguna ocasión, algún calambre en la paletilla derecha, acordamos que durante un mes, haremos masaje tres veces por semana para seguir a continuación (si remite la tensión) con un mantenimiento de una vez por semana, como mucho cada 15 días. Además de todo esto, intentaremos corregir en lo posible los movimientos de tensión que realiza durante las horas de trabajo. En cuanto a este punto, le aconsejo que trabaje poniendo conciencia en mantener la espalda recta en todo momento, acompañando con el tronco el brazo que va pasando las hojas. Además, debe girar el cuello para acompañar a los ojos que van de las hojas al teclado y a la pantalla del ordenador, y si la parte superior del tronco acompaña levemente los movimientos del cuello, mejor. También debe ponerse de pie cada hora y media ó dos, y estirarse bien, primero la espalda, brazos, piernas y mover lentamente y ampliamente el cuello. En fin, evitar el anquilosamiento y agarrotamiento en lo posible. Todo esto, pueden parecer tonterías y mucha complicación, pero creo que fácilmente puede convertirse en hábito, y realmente vale la pena prevenir todo tipo de molestias o dolor cuando nos sea posible.

Después de la exploración, procedo al masaje. Ya que es el primer día y hemos hablado largo rato para aclarar los puntos de dolor y su procedencia, se centrará este masaje en la espalda. Sin embargo para activar bien la circulación y relajar al máximo a la paciente, empiezo por un masaje en los pies, ya que tiene un gran poder relajante. seguidamente, hago masaje en las piernas con el fin de facilitar el retorno de la circulación venosa, ya que siento que las piernas tienen el tono muscular muy subido. Con unos amasamientos digitales, dígito-palmares y nudillares realizados concienzudamente, logro que la tensión remita y las piernas queden bien relajadas. Termino el masaje de las piernas por delante y le hago dar la vuelta, quedándose en posición decúbito prono. Realizo el masaje en la parte posterior de las piernas, sin entretenerme tanto, aunque realizando todas las manipulaciones. Hoy, excepcionalmente, por ser el primer día, he hecho la exploración de la espalda antes que nada, por lo que cuando llego a ella, empiezo directamente por los pases magnéticos sedantes. Con el masaje en las extremidades inferiores, la paciente ha quedado muy relajada, pero aún y así, siente dolores cuando empiezo con el amasamiento digital (sobre todo en las cervicales y cuando bajo en recto sobre los músculos paravertebrales) por lo que opto por hacerlo a un nivel más superficial, pero entreteniéndome más. Ya que la paciente es de caracter nervioso y está muy tensa, realizo el masaje muy pausadamente, sin prisas ni precipitaciones.

Debo mencionar, que para facilitar la relajación de los pacientes, la cabina (de paredes blancas y ornamentada sólo con algún póster del cuerpo humano y otro de paisajes naturales) está acondicionada con una buena temperatura, un poco elevada, ya que con una baja temperatura los pacientes tendrían frío, y el frío contrae la musculatura, y eso es justo lo que no queremos que suceda. La luz es ténue, y en cuanto he empezado con los pases magnéticos sedantes de los pies, he puesto una música suave y a bajo volumen. El ambiente está ligeramente perfumado.

Siguiendo con el masaje en la espalda, ya en el amasamiento digito-palmar, me dedico con el pulpopulgar, a ir deshaciendo los pequeños bultitos, que parecen "cristalitos" (miogelosis), así como los nódulos musculares que nos indican los puntos clave de la contractura. Este proceso, es bastante doloroso, ya que la contractura es importante, pero es muy efectivo, ya que acto seguido la musculatura se afloja considerablemente. Hago fricciones frecuentes para atemperar el músculo y suavizar el dolor. Con el amasamiento nudillar ya puedo profundizar un poco más sin que la paciente sienta tantos dolores. Evito hacer percusiones, aunque sí hago el cachete dorso-palmar. Tras los roces paso directamente a las vibraciones, vaciaje venoso, tecleteos y pases magnéticos sedantes. Las presiones vertebrales y las percusiones, asi como la maniobra de desbloqueo dorsal, las dejo para díias posteriores, cuando la espalda se encuentre ya más relajada.

Los primeros resultados no se hacen esperar, y al segundo día me comenta que no ha sentido los hormigueos ni los dolores en brazos y manos que sentía cada día conforme iba acabando la jornada laboral. También comenta que el dolor de la escápula se le ha centralizado en un punto y se ha hecho más insistente. Esta vez, empiezo el tratamiento con un masaje general rápido, pero pausado. Lo inicio con un masaje facial, trabajo a continuación los esternocleidomastoideos, que hay que decir que no se le marcan tanto como el primer día, y seguidamente trabajo el tórax, abdomen piernas y pies. Por detrás, trabajo las piernas y una vez en la espalda, realizo la exploración, en la que siente menos dolores en las vértebras cervicales y dorsales, pero sigue sintiendo grandes dolores en los músculos paravertebrales. Esta vez, añado al masaje una movilización de hombros (en los dos) después del amasamiento digito-palmar, trabajando a fondo con el pulpopulgar todo el contorno de las escápulas, sobretodo de la derecha, insistiendo por debajo del vértice de ésta, donde a simple vista se observa la contractura.

Al finalizar esta sesión, le aplico fomentos (en la espalda, en el lado donde se halla la escúpula afectada) y le explico a ella como debe hacérselos, para que pueda aplicarselos ella misma o con ayuda de algún familiar (cada noche antes de dormir, y si puede dos veces al dia): debe hacerse con tres o cuatro paños de bayeta de lana de la maxima pureza posible, de un tamaño aproximado de 65x90 cms. y un recipiente con agua que hierva durante todo el rato que duren las fomentaciones (normalmente de 20 a 30 minutos). Optativamente se le puede añadir al agua hirviendo, algún tipo de hierbas medicinales (manzanilla, romero, hoja de nogal, espliego, etc..., solas o mezcladas), con la precaución de envolverlas bien en una bolsita de ropa, para que no ensucie ni el agua ni los paños. Uno de los paños se lo pondrá seco sobre la zona contracturada, los otros paños debe doblarlos de manera que pueda sumergir el centro del paño dejando los extremos fuera, para evitar quernarse las manos al retirar el paño del agua hirviendo. Le explico cómo debe escurrir bien los paños mojados, sin quemarse, retorciéndolos con cuidado por los extremos secos, y cómo colocarlos sobre el paño seco (con el que además de proteger la piel de la humedad, envolveremos el paño mojado para que no se escape el calor). El paño mojado, guarda el calor durante aproximadamente cinco minutos, tras los cuales, hay que cambiarlo. Esto, generalmente, lo haremos de cuatro a seis veces, con lo que hacemos los 20 ó 30 minutos, que es lo que deben durar los fomentos.

Ya en la segunda semana, después de tres masajes, la musculatura de la paciente está bastante más relajada inicialmente, aunque sigue sintiendo dolores en las zonas más contracturadas, sobre todo cuando profundizo en ellas. Sin embargo, ya puedo empezar a practicar percusiones (después del amasamiento nudillar) sobre la espalda. También le hago por primera vez (después de los roces digitales circunflejos) presiones vertebrales, que le resultan inicialmente incómodas, ya que algunas vértebras crujen, aunque siente un alivio inmediato. Creo oportuno que, a partir de esta sesión, debo sustituir los fomentos por una ducha escocesa después de cada masaje.

La ducha escocesa es un masaje, mediante la aplicación de un chorro potente y delgado de agua caliente y fria al final, a una distancia de unos tres metros y medio de donde hemos situado al paciente de pie. Este tratamiento no debe durar más de tres ó cuatro minutos, ya que podría resultar molesto para el sujeto. Es muy importante la dirección que sigue el chorro de agua por el cuerpo del paciente, ya que con él, estimularemos toda la corriente circulatoria del organismo, al tiempo que relajamos la musculatura.

Cuando se levanta de la camilla, la paciente reconoce que las presiones vertebrales le han ido muy bien y que incluso se siente más recta. Realmente va más recta. Durante la ducha escocesa insisto sobre las cervicales, las dorsa-les y los omoplatos (siempre en pequeños círculos para no causar molestias, evitando en todo momento dejar el chorro quieto sobre un punto)

Al día siguiente, incorporo el desbloqueo dorsal o estiramiento de cervicales, siempre después de los roces y con la zona bien trabajada y amasada.

Después de tres semanas de tratamiento, la paciente aunque sigue presentando una cierta tensión en los músculos paravertebrales, no siente apenas dolores y ya ni se acuerda de los hormigueos en las manos.

Al acabar las cuatro semanas de tratamiento, el tono muscular de la paciente, está tenso pero dentro de los límites normales. A partir de ahora, con un masaje a la semana, se puede mantener la tensión dentro de esos límites.

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4. REPERCUSIÓN POSTERIOR

Curiosamente, a los dos meses aproximadamente de iniciar el tratamiento, la paciente empezó a sentir molestias en el glúteo derecho y un ligero dolor que le bajaba por detrás del muslo hasta la rodilla.

Llegamos a la conclusión a que debido a que ahora trabaja con la espalda recta y movilizando mas el tronco en todos sus movimientos, ejerce una mayor presión vertical sobre los glúteos, que a su vez presionan el nervio ciático. Le pregunto si el asiento es muy duro y me dice que totalmente; es de plástico duro. Le aconsejo que le ponga un cojín para amortiguar el efecto de aprisionamiento que ejerce sobre el nervio ciático.

Durante esta semana, haremos sesiones de masaje dia si, dia no, trabajando principalmente sobre la zona lumbar. Para ello, introduzco en el masaje de espalda, manipulaciones y tratamientos específicos para destensar y desbloquear toda la musculatura lumbo-sacra. Ya que también hay dolores lumbares, antes de iniciar el masaje de espalda, pongo una almohada o toalla doblada bajo la zona lumbar, entre la camilla y la talla, para corregir la lordosis y poder trabajar perfectamente toda la región, ya que ahora, con la almohada, se nos presenta totalmente plana (hemos eliminado la curva o hendidura natural que presenta la lordosis lumbar). Durante este periodo de tratamiento lumbar, mientras persista el dolor, evitaré hacer percusiones en la espalda, ni presiones vertebrales. Realizo el masaje de espalda normalmente, entreteniéndome en la zona lumbo-sacra, con el amasamiento digital. En el amasamiento digito-palmar, después de haber trabajado los laterales y cuando bajo por última vez recto por el centro de la espalda, me quedo en la región lumbar con el amasamiento pulpopulgar, con el que trabajo detenidamente todos los musculos paravertebrales (sobre todo la región lumbar y dorsal) buscando nódulos musculares y miogelosis. Seguidamente, también con el amasamiento pulpopulgar, sigo todo el nervio ciático que sale de la columna entre la cuarta y quinta vértebra lumbar y que va hacia las piernas atravesando los glúteos lo hago en el lado derecho de la columna vertebral. Con la región hipotenar de mis manos, trabajo los músculos paravertebrales de la región lumbar, lo hago situándome al lado contrario del lado que voy a trabajar y apoyando la región hipotenar de mis manos sobre los músculos paravertebrales. Avanzo en línea recta hacia el lateral, presionando alternadamente con ambas manos , una vez llego al extremo lateral, retrocedo hasta el centro de la espalda, retorciendo la musculatura con las dos manos planas. Esto, lo hago desde la región lumbar hasta la dorsal, ya que también sigue habiendo contractura dorsal. A continuación, hago la pinza rodada, que es como un pellizco de oleaje, que aplicamos a lo largo de la espalda, siempre de abajo a arriba (de la zona lumbar a la cervical) por ambos lados de la colmuna vertebral.

Con esto, tratamos de despegar el tejido celular subcutáneo, que está adherido a la musculatura (éstos se pegan en la mayoría de casos que hay una lesión lumbar). Es un proceso doloroso. Acabo el amasamiento digito-palmar subiendo recto la espalda por el centro y continuo con el masaje de espalda. Después de los roces digitales circunflejos hago una descontracción de glúteos, con la que la paciente siente un súbito pinchazo en toda la zona lumbar seguido de un gran alivio. Seguidamente, hago una maniobra relajante de toda la musculatura de los glúteos y de las piernas, mediante un vaivén directo de mis manos sobre los músculos, para hacer a continuación una maniobra de desbloqueo sacro-ilíaco (estiramiento de piernas) y una rotación lumbar (con la paciente situada decúbito lateral). Antes de realizar la maniobra de desbloqueo sacro-ilíaco, verifico si hay una extremidad inferior más larga que la otra debido a la contractura lumbar, y asi es: la pierna izquierda es ligeramente más larga que la derecha (que es en la que siente más dolor la paciente), por lo que realizo el desbloqueo sacro-ilíaco sobre la pierna izquierda (la más larga) y la rotación lumbar,con la pierna derecha debajo. Si trabajásemos directamente sobre la extremidad más corta (que es la más contracturada) no haríamos más que forzar la zona bloqueada, de forma que en vez de aliviar, empeoraríamos la situación aumentando el dolor y la contractura con posible rotura de fibras musculares. En la rotación lumbar (con la paciente decúbito lateral), realizo tanto la puesta en tensión como el gesto manipulativo, en dirección a la bisectriz del ángulo que forman el tronco y la pierna superior de la paciente.

Después de las maniobras de desbloqueo hago un amasamiento digital por toda la zona lumbar, para suavizarla y relajarla, ya que al realizar el gesto manipulativo de la rotación lumbar, han crujido algunas vertebras. En realidad, estos "crujidos" son el asentamiento en el lugar correcto de tendones y ligamentos. A continuación, hago unas vibraciones por toda la espalda y sobre todo en la región lumbar y glúteos con la mano plana. Termino el masaje con un vaciaje venoso, unos tecleteos y los pases magnéticos sedantes.

Finalizado el masaje, aplico fomentos que abarquen la zona lumbar y dorsal y le pido a la paciente que durante esta semana de tratamiento intensivo, se los vuelva a aplicar en su casa los dias que no venga a masaje como mínimo.

Afortunadamente, tras ésta semana de tratamiento y poniendo un cojín en la silla del trabajo, los dolores ciáticos han desaparecido, con lo que observo la importancia de comunicar el menor síntoma de dolor o anomalía así que aparezca, ya que de esta manera, su solución (en la mayoría de los casos) es rápida y poco aparatosa.

En la actualidad, la paciente sigue viniendo una vez por semana, presentando siempre una espalda tensa, pero sin sentir dolores reflejos ni hormigueos. Durante las épocas de vacaciones, no le hace falta hacerse masaje, ya que al no realizar el mismo movimiento durante tantas horas (trabajar con el ordenador) la tensión de la espalda, se recupera perfectamente durante las horas del sueño.

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* REFLEXIÓN

Al hacer este trabajo y conocer tantos casos de gente dolorida por el hecho de estar horas y horas haciendo sin motivación un trabajo mecánico y rutinario, he llegado a la conclusión de que si contamos con todos los seres humanos y con todo el dinero del planeta, vemos sorprendidos que absolutamente todos tendríamos un sueldo más que digno trabajando tan sólo unas cinco o seis horas cada dos días (o dos ó tres horas diarias), con lo que tendríamos tiempo de aprender mas cosas y de cuidar verdaderamente nuestro cuerpo en todas sus facetas (física y psíquica) y sacarle todo su rendimiento a esta máquina delicada y perfecta... aunque ... si alguien está pensando que esta propuesta haría disminuir el trabajo de los quiromasajistas no seria así, no, ya que con tanto tiempo libre, todos practicaríamos más deporte y entonces..."que si una sobrecarga muscular por aquí", "que si una contractura por allá", "que si un golpecillo tonto por acullá"... En fin, que los quiromasajistas, como tantos otros, tenemos garantizadas las posibilidades de seguir ayudando a los demás por los siglos de los siglos.

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